La última reforma del sistema público de pensiones del ministro Escrivá,Bruselas dio por buenos los cambios introducidos, entre ellos, la subida anual del IPC y la introducción del mecanismo de solidaridad intergeneracional (MEI) para nutrir el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Ahora en un informe sobre envejecimiento, señala que los desequilibrios financieros en el sistema persistirán, de modo que España tendrá que hacer ajustes a partir del 2026. Y no serán menores, ya que el documento publicado este viernes por la Comisión Europea, los eleva a casi 12.000 millones de euros anuales.
La nómina mensual de pensiones alcanza ahora mismo en catorce pagas unos 13.000 millones incluyendo las clases pasivas de funcionarios. La reforma pactada con Bruselas establece que el gasto corregido por las medidas de ingresos no debe superar el 13,3% del PIB en el promedio entre 2022 y 2050 y en 5 puntos para 2070.
La Comisión advierte de que el gasto en pensiones será mucho mayor al que calcula el Gobierno en sus planes, llegará al 17,5% del PIB, por lo que pronostica que al superar el 15% del PIB se tendría que activar el mecanismo de ajuste incluido en la propia ley de Escrivá, lo que implica ajustes de casi 12.000 millones anuales en el gasto para devolver al sistema público de pensiones a la senda de la sostenibilidad, algo que estaría marcado por que el gasto en prestaciones no exceda el 13,3 % del PIB.
De este modo, empleando las estimaciones de ingresos realizadas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), España se verá obligada a acometer un ajuste de ocho décimas de PIB.
El mecanismo de ajuste se superará debido al incremento de los gastos por la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de eliminar el factor de sostenibilidad, que aprobó el PP y ligar la subida de las pensiones al IPC, que provocó por ejemplo que en 2023 subieran un 8,5%.
Ante este incremento de gastos, los ingresos no serán suficientes pese a las subidas puestas en marcha por el Ejecutivo. El Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) supuso un incremento de las cotizaciones, pero Bruselas advierte de que no será suficiente.
Por eso, la ministra Saiz está buscando nuevas modificaciones en el sistema para gastar menos. La prueba es el documento enviado a los agentes sociales a primeros de abril en el que propone «un nuevo marco regulador de la compatibilidad de trabajo y pensión».
Además, la segunda parte de esta reforma, que debe garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sistema y que incluye la revisión del periodo de cómputo de la cotización, está ligada al cuarto pago de más de 10.000 millones de euros del plan de recuperación, todavía pendiente de aprobación por parte de la Comisión, cuya evaluación llegará el 20 de mayo.